Emisora

REENCARNACIÓN

¿QUÉ ES REENCARNACIÓN? La reencarnación es la explicación práctica a las supuestas injusticias que percibimos en el mundo. No deja de ser desconcertante para alguien que cree en la existencia de Dios, ver como nacen niños en las circunstancias más difíciles y limitantes y al mismo tiempo nacen otros rodeados de toda clase de comodidades y buena salud. Si creemos en un Dios que es toda justicia y misericordia este contraste no tiene cabida a menos que creamos en la reencarnación. De lo contrario tendríamos que aceptar a un Dios que juega a la ruleta con las almas por nacer, enviándolas a las más disímiles circunstancias sin ninguna clase de justificación. Reencarnación viene acompañada de karma, que es la ley de la retribución. Karma no es sinónimo de castigo como algunos creen, el karma tan solo se encarga de devolvernos de una manera imparcial todo aquello que enviamos al universo. Así que si somos sabios podemos utilizar esta ley en nuestro propio beneficio y no en nuestra contra. San Pablo conocía bien esta ley y por tanto afirmó: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segara” (Gal 6,7) Cuando un alma encarna en un cuerpo físico viene a expresar su Llama Divina en la tierra al mismo tiempo que viene a equilibrar su karma con la vida de una manera practica. Hace mucho tiempo, cuando decidimos alejarnos de nuestro gurú original, el Cristo interno, el karma se hizo inmediatamente cargo de nuestro proceso de aprendizaje convirtiéndose en nuestro eterno gurú a través de las idas y venidas en la rueda del samsara por el aula de clases de la tierra. El camino de aprender a través del karma es el sendero de los golpes duros de la vida y es un camino largo y doloroso donde por lo general aprendemos las lecciones después de chocar una y otra vez contra nuestras propias creaciones humanas. En este sendero aprendemos las lecciones por lo general cuando “tocamos fondo” y decimos: “¡No mas! La vida tiene que ser mas que esto.” Sin embargo aun a este sendero de aprendizaje a través del karma no debemos verlo como castigo sino como una oportunidad, ya que es en verdad la oportunidad de saldar nuestras deudas con la vida, de consumir el odio a través del amor, si no fuera así entonces nos iríamos de la pantalla de la vida sin ajustar las cuentas necesarias y llegaríamos al inevitable fin de la única oportunidad de la que habla el cristianismo ortodoxo. Mark decía que la mayoría de gente que muere diariamente no son lo suficientemente buenos como para ir al cielo, ni lo suficientemente malos para la condenación eterna. Así que Dios, el Dios de la oportunidad ¿Cómo podría cerrarnos la puerta del crecimiento en nuestras narices? Reencarnación es oportunidad para completar lo que quedó inconcluso, para reparar los daños hechos y también por supuesto, para cosechar el fruto de nuestras buenas obras. Consideremos al niño que nace en la pobreza, que tiene que aprender a robar para comer y alimentar a su madre. Ahora es un adolescente que se enfrenta al mundo sin recibir la enseñanza espiritual en ninguna parte, que lo único que sabe de Dios es la imagen mezquina que le ofreció una sociedad hipócrita. Jóvenes como estos hay por miles en nuestros países y casi siempre elijen el camino aparentemente más fácil: matar para sobrevivir. No porque sean malos por naturaleza como muchos creen, sino porque la educación y la familia jamás les enseñaron que había otra manera mejor de hacer las cosas. Muchos de ellos jamás conocieron siquiera la oración del “padre nuestro” y murieron en su ley; cosechando las balas que sembraron en las esquinas de la vida. ¿Adonde ira esa alma? -¡al infierno!- responderán al unísono pastores y sacerdotes. ¿Por qué? -¡Jamás conoció a Cristo!- Dirán. ¿Que Dios tan tirano es ese que no es capaz de dar a la vida otra oportunidad? ciertamente no es el Dios misericordioso y justo en el que yo creo. ¿Como esperan que un alma exprese amor por el Cristo y por la vida si jamás recibió amor en su hogar sino insultos y maltratos? Bien es cierto que hay aquellos que se han superado a pesar de las dificultades pero tengamos en cuenta que no todos somos iguales ni tenemos la misma personalidad la cual es el resultado de la suma nuestras múltiples experiencias a través de las múltiples encarnaciones en la tierra. Para el Dios que creo el universo y todas sus maravillas, para el Dios que creo nuestros cuerpos tan perfectos no puede ser difícil envasar un alma en un nuevo cuerpo para extender la oportunidad más allá de los confines de la muerte… y de la religión. El otro sendero para saldar nuestras deudas con la vida es el camino abreviado de la cristeidad personal, una vez que encarnamos el Cristo en la tierra y nos hacemos concientes del proceso nos situamos por encima del karma y empezamos a ser los amos y no los esclavos de nuestro destino. El sendero de la Cristeidad se enseña ampliamente hoy día en las páginas web que los Maestros han inspirado a través de Kim y Lorraine. ¿Por qué la gente no acepta la reencarnación? La gran mayoría del mundo occidental niega la existencia de la reencarnación aunque los avances de algunas ramas de la psicología han demostrado a través de ciertas técnicas como la regresión y la hipnoterapia el origen de ciertos padecimientos en preexistencias anteriores. Esa es la educación que recibimos de las iglesias pero estas no son totalmente culpables de negar la reencarnación. Ellas solo dan a las personas lo que quieren oír. La mayoría de las personas no están dispuestas a asumir las responsabilidad por sus vidas, por el contrario buscan cualquier pretexto para culpar a Dios, al gobierno, a su familia o a la suerte por sus fracasos. No comprenden que la vida simplemente se encarga de regresarnos nuestras creaciones. Así que para la gente es mas fácil creer en el Dios tirano que impone circunstancias terribles por simple capricho y que por lo tanto nos hace simples victimas, que en la verdad de que estamos cosechando nuestra propia siembra y si no podemos rastrear el día en que sembramos la mala semilla es simplemente porque esta mas allá del alcance de nuestra memoria. ¿Quién recuerda su primeros meses o años de vida? Ese el velo de la misericordia que se nos coloca para que podamos centrarnos en el ahora y no en el pasado lejano. ¿Habla la Biblia de reencarnación? La Biblia, el libro más leído en el mundo es al mismo tiempo el libro que ha sido mas manipulado, suprimido, adicionado y tergiversado. Todo esto fue hecho buscando un beneficio exclusivo para la iglesia de Roma. Casi toda la enseñanza de la reencarnación fue quitada de la Biblia con el fin de tener mayor control sobre la gente, ya que si las personas pensaban que la salvación no dependía de su propio esfuerzo personal sino de la pertenencia a una organización externa seria más fácil asumir el control de las masas La reencarnación era contraria a los propósitos de la religión ya que la enseñanza del renacimiento de las almas nos enseña a sumir responsabilidades por nuestras vidas y automáticamente por la salvación. El emperador de la época, Constantino, logro gracias a su apoyo político y financiero obtener cada vez más poder e incidencia en el nuevo rumbo de la iglesia católica, su influencia sobre la misma se fue consolidando cada vez mas, el clímax de estas relaciones llegó en el año 325 cuando convocó el primer concilio ecuménico de Nicea, donde se reunieron aproximadamente 300 obispos con el fin de debatir los dogmas la fe. Allí la reencarnación fue arrancada de las escrituras casi completamente… El retorno de Elías Rastreando la reencarnación en la Biblia encontramos algunos pasajes que nos pueden dar una gran luz sobre aquello que fue suprimido. Este es el ejemplo del nuevo testamento y sus enseñanzas vedadas a las masas… hasta ahora. Elías fue uno de los profetas mas reconocidos del antiguo testamento, entre otras cosas por haber confrontado a los sacerdotes del dios-demonio Baal y por haber ascendido al cielo en un “carro de fuego”. Lo más interesante es que en la época de Jesús había un rumor o una profecía sobre Elías proveniente del libro de Isaías de lo que hoy es conocido como el antiguo testamento. Esta profecía estaba muy extendida entre la gente y hablaba de que Elías debía venir antes que el Mesías para preparar el camino, aun los discípulos creían firmemente en esto y le consultaron al propio Jesús: Juan. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de el con el espíritu y el poder de Elías.” (Luc 1:13,17¿Cómo podría alguien que apenas va a nacer venir al mundo con el espíritu de alguien que vivió en la tierra hace mucho tiempo atrás? Vivir el presente: el reto de la reencarnación Pero mas adelante en el evangelio de Juan se demuestra hasta que punto creía la gente de la época en que Juan el Bautista era la reencarnación de Elías. En dicho evangelio se cuenta que alguien le hizo la pregunta directa: “¿Eres tu Elías? -No soy”. (Jn 1:21) Sin embargo Juan el Bautista responde que no a la pregunta de que si el era el Profeta Elías. Esta respuesta es obvia para el iniciado en el sendero espiritual ya que es inadmisible para el vivir en el pasado o identificarse con la personalidad de una vida anterior. El Maestro de Galilea nos enseño esto claramente: “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Luc 9,62) Esta es una de las razones por las que no recordamos nuestras vidas pasadas, ya que si supiéramos quien fuimos en una vida pasada sin tener la madurez espiritual suficiente, posiblemente nos quedaríamos anclados ya sea en un pasado glorioso para enorgullecernos vanamente, o un pasado terrible para lamentarnos y auto-condenarnos toda una vida. De cualquier forma no podríamos vivir plenamente el presente y llevar a cabo nuestro plan Divino, es por eso que Juan ya no se identificaba con su vida pasada como Elías sino que ahora vivía solo el presente. En otra parte de los evangelios el propio Jesús aclara definitivamente las dudas y rumores sobre la reencarnación de Elías en el cuerpo de Juan el Bautista, dice: “Y si queréis recibirlo (a Juan) el es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oír, oiga.” (Mat 11:12-15). Vivir el presente: el reto de la reencarnación Pero mas adelante en el evangelio de Juan se demuestra hasta que punto creía la gente de la época en que Juan el Bautista era la reencarnación de Elías. En dicho evangelio se cuenta que alguien le hizo la pregunta directa: “¿Eres tu Elías? -No soy”. (Jn 1:21) Sin embargo Juan el Bautista responde que no a la pregunta de que si el era el Profeta Elías. Esta respuesta es obvia para el iniciado en el sendero espiritual ya que es inadmisible para el vivir en el pasado o identificarse con la personalidad de una vida anterior. El Maestro de Galilea nos enseño esto claramente: “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Luc 9,62) Esta es una de las razones por las que no recordamos nuestras vidas pasadas, ya que si supiéramos quien fuimos en una vida pasada sin tener la madurez espiritual suficiente, posiblemente nos quedaríamos anclados ya sea en un pasado glorioso para enorgullecernos vanamente, o un pasado terrible para lamentarnos y auto-condenarnos toda una vida. De cualquier forma no podríamos vivir plenamente el presente y llevar a cabo nuestro plan Divino, es por eso que Juan ya no se identificaba con su vida pasada como Elías sino que ahora vivía solo el presente. En otra parte de los evangelios el propio Jesús aclara definitivamente las dudas y rumores sobre la reencarnación de Elías en el cuerpo de Juan el Bautista, dice: “Y si queréis recibirlo (a Juan) el es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oír, oiga.” (Mat 11:12-15). Los discípulos de Jesús si creían en la reencarnación. En otro punto de las escrituras hay una revelación importante acerca de como Jesús y sus discípulos creían claramente en la reencarnación, en esta ocasión Jesús le pregunta a los discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro dijo: Tú eres el Cristo, el hijo de Dios viviente. (Mat. 16:13-16), (Mc 8:27-30). Lo interesante de estos versículos es que cuando Jesús pregunta sobre quien creían que era el, los discípulos le responden dándole nombres de personas muertas, es decir, creían que el podía ser la reencarnación de de alguno de los profetas ya fallecidos, sin embargo, aunque esa no era le respuesta adecuada, Jesús no los reprendió por creer en esa posibilidad ni los corrigió en ningún momento. El hombre ciego. En otro episodio del ministerio de Jesús hay otra clave que olvidaron quitar de las escrituras: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién peco, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que peco este, ni sus padres, sino para que la obras de Dios se manifestasen en el”. (Juan 9:1-3) Aquí podemos apreciar cómo los discípulos conocían la ley de la Reencarnación, puesto que preguntaron que si el hombre había pecado para nacer con tal limitación, es decir, si había contraído una deuda karmica para ahora sufrir la ceguera, obsérvese que era ciego de nacimiento, entonces: ¿Cómo pudo pecar sino en otra vida? Jesús les dice que no es ciego ni por el, ni por sus padres (es decir por herencia genética), pero no los reprende por creer que alguien puede existir y aun pecar, antes de nacer. Lo que Jesús me enseñó fue que este hombre se había ofrecido a portar esta limitación antes de encarnar con el fin de ser instrumento –a través de su curación- para la conversión de muchos en aquella época. Nota final Así que rastreando las pocas pistas que nos dejaron encontramos que la reencarnación era una creencia común de la época en que vivió Jesús, y viene a nosotros como un desafió que se presenta para que dejemos de culpar al mundo por lo que nos sucede y nos hagamos maduros y responsables para afrontar nuestro destino con humildad y superar las dificultades del diario vivir encarnando la conciencia del Cristo y SIENDO Más de Dios cada día. Estas palabras son tan solo un abrebocas, mucho se ha escrito ya, y mucho falta por escribir sobre esta verdad. Pero al final no importa cuantos libros hablen del tema, eres tu el que decides si asumirás el desafió de la responsabilidad o seguirás la ancha senda de la salvación automática que ofrece el cristianismo de ayer y hoy. JFernando

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